Un estudios con 5.000 escolares confirma una relación directa entre los minutos dedicados al ejercicio y la mejora de las calificaciones académicas.
El sedentarismo es una de las principales causas de obesidad entre niños y adolescentes, con el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 o hipertension, patologías al alza entre los mas jóvenes. Sin embargo, no es el único perjuicio que puede causarles. La falta de actividad física repercuten también en el funcionamiento y desarrollo de un cerebro. Por el contrario, cada vez mas estudios resaltan la relación positiva entre la actividad física y un mejor funcionamiento cerebral, una creencia que surgió en la antigua Grecia y que ahora la neurociencia corrobora.
En los adultos los efectos del ejercicio sobre la salud física y mental son indudables están bien estudiados. Se sabe que retrasa o previene muchas de las enfermedades asociadas con la edad, como la diabetes y la enfermedad cardíaca y también mejoran la capacidad cognitiva, sobre todo en personas mayores y en aquellas con patologías como depresión, epilepsia, ictus, alzheimer o parkinson. Ademas, la actividad física favorece la formación de neuronas nuevas en el hipocampo.
MAS EJERCICIO, MEJORES NOTAS
Sin embargo, hay menos estudios sobre el efecto de la actividad física en los mas pequeños. Algunos ha sugerido una relación directa ejercicio y buenos resultados académicos. Sin embargo, no podían generalizarse debido a que utilizaban un pequeño numero de participantes, medidas subjetivas o se trataba de estudios trasversales, que solo tenían en cuenta un momento concreto del desarrollo de los chavales que intervenía.
Ahora un estudio que acaba de publicarse en "British Journal of Sports Medicine", subsana todos esos descuidos y demuestran de forma convincente que la practica regular entre los escolares de ejercicio entre moderado a intenso aumenta el rendimiento académico. Los investigadores han partido de una muestra de casi 5.000 niños que participaron en el Estudio Longutudinal Avon de Padre y Niños (ALSPAC), también conocido como "niños de los 90". Este estudio recogió datos de unos 14.000 niños nacidos en el Reino Unido entre 1991 y 1992, a los que se sigue periódicamente.
Uno de los muchos datos recogidos fue la actividad física de los escolares a los once años, que se midió con un acelerometro. Así quedo reflejado que los chicos hicieron ejercicio entre moderado e intenso unos 29 minutos de media al día, mientras que las chicas se quedaban en 18 minutos. En ambos casos, estaban muy lejos de los 60 minutos diarios recomendados en esta etapa de la vida. Ademas constaban también sus calificaciones en lengua. matemáticas y ciencias a lo 11, 13 y 16 años.
RESULTADOS DURADEROS:
Relacionando actividad física y resultados académicos, los investigadores concluyen que hay una relación positiva entre el rendimiento académico y la actividad física, que se mantiene a largo plazo (entre los 11 y 16 años valorados). Ademas han observado que las chicas, con la ayuda del ejercicio, obtienen mejores calificaciones en las asignaturas de ciencias. Un dato interesante para conducir las recomendaciones de la Comisión europea de alentarlas para que se matriculen en ese tipo de carreras universitarias.
En ambos sexos, el ejercicio tenia un efecto dosis/respuesta en las calificaciones académicas. Es decir, cuanto mas intenso era el ejercicio realizado, mayor era el incremento de las calificaciones. En concreto, a los 16 años, para los chicos cada 17 minutos adicionales realizados al día a los 11 años sobre la media (29 minutos) mejor era su puntuación; mientras que las chicas lograban lo mismo con cada 12 minutos extra sobre los 18 minutos que como media dedicaban al ejercicio moderado o intento a esa edad.
A la vista de este incremento en las calificaciones, los investigadores se preguntan que ocurrirá si los escolares llegaran a los 60 minutos diarios de ejercicio recomendados por la Comisión Europea, que no se cumplen en casi ningún país, incluido el nuestro.
Eso, si, hay que tener en cuenta que el ejercicio es solo un "multiplicador" de los resultados académicos. El otro factor de la multiplicación son las horas de estudio, y como es bien sabido, por mucho ejercicio que se practique, cualquier numero multiplicado por cero - horas de estudio- sigue siendo cero.
EFECTOS SOBRE EL CEREBRO
Según el estudio, la practica de ejercicio parece aumentar la concentración de los chavales, lo que permite que dediquen durante las clases mas tiempo a las explicaciones del profesor, y se reducen los problemas de conducta en las aulas. Pero la neurociencia aporta datos mas concretos.
Los estudios de neuroimagen han demostrado que la practica de ejercicio conlleva un aumento de sustancia gris en la cortezas pre-frontal, sede de las funciones ejecutivas que nos permiten planificar acciones, y temporal, relacionada con el aprendizaje y la memoria. También hay un incremento de la sustancia blanca, encargada de establecer conexiones entre distintas zonas de cerebro.
Tanto la corteza pre-frontal como el hipocampo se han asociado con consecución de objetivos a largo plazo, dejando de lado las recompensas inmediatas como ver la tele en lugar de estudiar para el examen de la próxima semana.
La corteza cingulada anterior también parece "ponerse en forma" con el ejercicio, como revelan los estudios de neuroimagen. Esta región del cerebro, situada en la corteza pre-frontal, tiene conexiones con múltiples estructuras cerebrales que procesan información sensorial, emocional, cognitiva y motora y esta implicada en el control ejecutivo que ayuda a trabajar conforme a metas determinadas de antemano, realizar predicciones de resultados, creación de expectativas, y la capacidad para inhibir comportamiento impulsivos.
EFECTOS NEUROPROTECTORES:
El mediador de todos estos efectos beneficiosos en el cerebro es el Factor Neurotrofico Derivado del Cerebro (BDNF), que tiene probados efectos neuroprotectores, que se produce en varias regiones del cerebro cuando se hace ejercicio, y en especial en le hipocampo, implicado en el aprendizaje y la memoria, como demostró un investigación de la Universidad de California. Este Factor Neurotrofico es importante para la supervivencia de las neuronas, asi como para la fonación de dendritas y sinapsis. Es fundamental también en la plasticidad sinaptica, es decir, en la capacidad de modificar la comunicación entre las neuronas en respuesta a las demandas del entorno.
Una proteína llamada irisina, recientemente descubierta, que se produce en el musculo durante el ejercicio de resistencia, parece un doble papel: por un lado ayuda a quemar la grasa perjudicial para la salud y por otro favorece la producción del BDNF en el cerebro, responsable de los efectos beneficiosos de la actividad física.
En definitiva, mover los músculos no solo ayuda a mantener la salud física, sino la mental. Y esta practica debe promoverse desde la infancia, cuando los circuitos están en formación.
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